viernes, 13 de agosto de 2010

Primera actividad con los y las facilitadores

Cada noche del domingo anterior al inicio del festival acostumbramos a reunirnos con los y las facilitadores de los talleres. De esta manera el grupo se va conociendo y consolidando, nos ponemos de acuerdo sobre aspectos básicos del funcionamiento de las instalaciones, resolvemos dudas acerca de aspectos logísticos y aprovechamos para darnos un buen atracón de cariño.

En esta ocasión quisimos comenzar las actividades por medio de un juego. El mismo juego que el lunes utilizamos para introducir a los y las participantes de los talleres al ambiente y temática del festival. De esta forma logramos varios objetivos: hacer un ensayo de la actividad previo al inicio de los talleres, proponer a los facilitadores y facilitadoras sumarse al día siguiente a la implementación del juego con el grupo grande de participantes, y romper el hielo entrando de una amnera lúdica a los aspectos más tediosos de la logística y la organización.

Gracias a este este juego de inicio, pudimos pulir detalles para el momento de realizarlo con los participantes, involucramos a los y las facilitadoras y derretimos cualquier hielo que pudiera haber existido entre nosotros a pesar del fuego que nos habíua acompañado en la mañana.

En el juego, el grupo bailaba alegre y caóticamente en la oscuridad acompañado de la música, al tiempo que simbolizaciones de nuestras sombras danzaban entre ellos y ellas llamando al orden, amarrándoles, llamándoles al silencio, repitiendo las frases que escuchamos de nuestro interior y que nos atan a una realidad exterior que se vuelve cuadrada, sin aristas, sin colores ni imaginación. Eso sí, ordenada, limpia, inmutable y llena de presuntas certezas.

Poco a poco otras figuras fueron aflorando de las sombras llamando a la libertad, ayudando a cortar las ataduras y acallando las voces atávicas que no desaparecieron sino que también se fueron integrando a una danza de dos grupos, en la que uno cerrado y duro buscaba romper el otro flexible y ágil sin lograrlo. Por el contrario elgrupo flexible rodeó suavemente al grupo duro y con caricias y voces amorosas lo fue abriendo e integrando para terminar danzando todos y todas juntas.

Fue el final. Se encendieron las luces y vinieron entonces los abrazos y los besos, sobre todo con quienes aún no nos habíamos encontrado desde hacía uno o dos años,y con quienes nos encontrábamos por primera vez.

Y luego, en rueda sobre los petates y tapetes a presentarnos y trabajar las cuestiones organizativas y logísticas con un nuevo y mayor ánimo.

A mi juicio, fue una experiencia hermosa.

En breve estaremos colocanso fotografías de estos momentos en Picasa

No hay comentarios:

Publicar un comentario